En las últimas semanas, muchos artículos periodísticos han puesto a la luz pública deportaciones que ponen en peligro la salud de los niños, bien al ser deportados o abandonados, interrumpiendo sus cuidados de salud y poniendo en riesgo sus vidas. Estos son algunos ejemplos recientes:
Un niño de cuatro años con una forma rara de cáncer metastásico fue deportado a Honduras y expulsado del país sin que se consultara a sus proveedores de servicios de salud y sin sus medicamentos. A pesar de que se alertó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de las condiciones del niño, se negaron a consultar a sus proveedores de servicios de salud. El niño es ciudadano estadounidense.